El hecho de que todos los fabricantes de tapones intenten mejorar su producto es bastante positivo. Aun así, según la investigación más reciente, los tapones sintéticos deben hacer más progresos, especialmente en lo relativo a la oxidación y al denominado flavour scalping (absorción del sabor).
Por otro lado, el corcho también sigue mejorando y mantiene todos los beneficios de un tapón natural para vinos. Por tanto, aunque los tapones de plástico logren avances paralelos, seremos capaces de mantener la posición de ventaja inicial del corcho.
Los vinicultores pueden hacer recomendaciones, pero no pueden controlar el momento en que se consume un vino Deben tener la seguridad de que el tapón durará hasta el momento de consumo recomendado, independientemente del momento en que vaya a consumirse realmente.
Los vinicultores pueden utilizar el corcho basándose en la certeza de que este tendrá un buen rendimiento, independientemente del momento de consumo del vino, sin correr el riesgo de oxidación prematura u olores a sulfuro de otros tapones.
El corcho no es a única fuente de contaminación por TCA, por lo que el hecho de cambiar de tapones no eliminará el riesgo de contaminación por TCA. Existen también otros gustos y sabores que no están mínimamente asociados al corcho, como el TBA (Tribromoanisol) y los Bettanomyces, y el uso de tapones sintéticos no protegerá de ellos.
Por ejemplo, algunos fabricantes de tapones sintéticos se han visto obligados a revisar sus procesos de producción, cuando se concluyó que el talco utilizado en el proceso productivo provocaba un olor a vaca o establo y debilitaba el vino.
Estudios de mercado independientes demuestran que los consumidores dan realmente importancia al tipo de tapón utilizado y la mayoría prefiere el corcho. Los propios productores de tapones alternativos no han conseguido publicar un único sondeo realizado a los consumidores en el que el corcho no sea el tapón preferido.
Los consumidores asocian los tapones sintéticos a vinos más baratos.
Teniendo en cuenta que la calidad del corcho sigue mejorando y que los problemas asociados a los tapones alternativos se hacen cada vez más evidentes, confiamos en que el corcho mantendrá el sólido apoyo de los consumidores.
Al contrario del corcho, los tapones sintéticos no son naturales, renovables o biodegradables, y su producción contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los materiales sintéticos podrán ser reciclables, pero los esfuerzos para reciclar los tapones sintéticos han sido un fracaso, dado que el reciclado no es viable desde el punto de vista económico.
Ningún tapón consigue competir con el corcho en cuanto a forma de embalaje sostenible, una cuestión que tiene cada vez más importancia para muchos consumidores.
Existen tapones de corcho de gran calidad en toda la gama de precios que pueden ser satisfactorios en todos los tipos de vino y segmentos del mercado. Estos tapones presentan todas las ventajas que los vinicultores y consumidores aprecian con relación al corcho.
De ninguna manera. Los tapones técnicos de Amorim (Twin Top y Neutrocork), en competencia directa con los tapones sintéticos, ha registrado un rendimiento tan consistente como los tapones sintéticos, sin presentar los problemas de oxidación prematura y absorción de sabor que estos tapones producen.
Asimismo, los tapones sintéticos son tan vulnerables a la aplicación defectuosa del producto como los tapones de corcho y las cápsulas de rosca, lo que podría causar la oxidación esporádica post-embotellado (oxidación aleatoria).
Un desafío de los tapones sintéticos es el hecho de que los cambios de fabricación, que reducen la permeabilidad al oxígeno, también aumenten la fuerza de extracción necesaria, haciendo casi imposible extraerlos de la botella o del sacacorchos.
Mientras, los productores de corcho están trabajando continuamente para mejorar la consistencia y el rendimiento general de su producto.