El 7 de Diciembre se vendió en el Christie's de Nueva York una selección de una de las mayores colecciones de Estados Unidos de Vino de Madeira.
El descubrimiento de tres cajas de vino de Madeira de 1796 y unas 40 damajuanas de 1820 —las cuales fueron vendidas el pasado 7 de diciembre en el Christie’s de Nueva York— constituye una prueba más de la increíble capacidad de sellado del corcho.
El vino de Madeira era uno de los favoritos de los Padres Fundadores, como James Madison y Thomas Jefferson.
Estos vinos habían permanecido ocultos tras una doble pared construida en el sótano del Liberty Hall Museum, en la Universidad de Kean, Nueva Jersey, muy probablemente, durante la vigencia de la ley seca. Y se encontraron durante las labores de restauración llevadas a cabo en 2015. El contenido se había conservado gracias a las increíbles propiedades del corcho.
En la subasta del pasado 7 de diciembre, en la que también había una colección de whiskeys anteriores a la ley seca, se presentó una selección de damajuanas a las que se les había sustituido el corcho en octubre de 2018 gracias a la colaboración de APCOR, la Asociación Portuguesa del Corcho, y que habían sido catalogadas por Francisco Albuquerque, enólogo de Blandy's Madeira Wine Company, S.A., y Edwin Vos, director de Vinos de Christie’s.
El lote incluía un Lenox Madeira importado por el difunto Robert Lenox vía Filadelfia en 1796, embotellado en el verano de 1798 y vuelto a embotellar en junio de 1888, con un valor aproximado de entre seis y ocho mil dólares la botella, y un Madeira 1846 Old Sercial en damajuana al que se le había cambiado el corcho en 1871 y en octubre de 2018, con un valor aproximado de entre treinta y cinco y cincuenta y cinco mil dólares la damajuana de diecinueve litros.
Una buena parte de estos madeiras todavía están etiquetados a mano, y se mencionan en miles de documentos del Liberty Hall que datan de hace más de doscientos años.
Edwin Vos, director de Vinos de Christie’s en Europa, comenta: «El proceso de descubrir, descorchar, catar y catalogar estos vinos centenarios ha sido una experiencia irrepetible para nuestro equipo de especialistas, y constituye una oportunidad única para los coleccionistas».
Francisco Albuquerque, enólogo de Blandy's Madeira Wine Company, S.A., hace hincapié en la longevidad y calidad del vino de Madeira gracias a los tapones de corcho: «Estos vinos tienen unos doscientos años y todavía conservan los matices y notas que se encuentran en un madeira envejecido. Esta subasta brinda una extraordinaria oportunidad no solo de poseer un trozo de historia, sino también de poder saborearlo».
João Rui Ferreira, presidente de la Asociación Portuguesa del Corcho, añade: «La relación entre el vino y el corcho es una de las más largas y antiguas de la historia, y esta colección de madeiras que datan de los siglos XVIII y XIX es un buen ejemplo de ello. Ningún otro material puede conservar el vino durante más de doscientos años de modo que todavía sea posible disfrutarlo en la actualidad».