El vino es vida, y el corcho es el tapón que expande esa vida, protegiéndola a lo largo del tiempo. La relación entre el vino y el corcho es una simbiosis perfecta que se ha desarrollado a lo largo de los siglos. La naturaleza orgánica del corcho lo convierte en un tapón incomparable, vital para la evolución de los vinos y el desarrollo de sus cualidades intrínsecas, como la conservación de aromas y sabores, garantizando una experiencia auténtica y pura. Cada vez que se abre una botella, se crea un vínculo irrompible entre el vinicultor, el vino y el consumidor. Cada vez que se cierra una botella con un tapón de corcho, empieza un auténtico viaje para el vino.
El vínculo entre el vino y el corcho se originó hace miles de años y sólo se rompió durante la Edad Media. Las investigaciones arqueológicas demuestran que egipcios, griegos y romanos ya utilizaban tapones de corcho. Pero, fue Dom Pérignon, un benedictino francés que vivió en el siglo XVII, quien abrió el camino a un imperio basado en la alianza entre el vidrio (de la botella) y el corcho (del tapón de corcho). Contemplando la naturaleza que le rodeaba, Dom Pérignon se dio cuenta de que tenía que haber una solución mejor para sellar el vino que los tapones de madera que se utilizaban entonces. Eran ineficaces, obsoletos y poco fiables para conservar el vino. Así que los cambió, sustituyendo la madera por corcho. Y ¡pop! Un mundo nuevo e increíble se abrió ante sus ojos.
El impulso de Dom Pérignon fue decisivo. Dio a conocer una solución extremadamente sencilla e inteligente, que 300 años después sigue siendo actual. La combinación perfecta: botella de vino y tapón de corcho, cuyo desarrollo simultáneo hizo posible la aparición de la industria vinícola moderna. Pero, ¿qué hace que los tapones de corcho sean tan especiales? ¿Por qué son el mejor cierre para el vino?
La respuesta es tan intuitiva como científicamente demostrada. Una mirada más atenta a este cilindro mágico puede ser un buen comienzo. Cada tapón de corcho es una sofisticada válvula natural formada por 800 millones de minúsculas células compuestas esencialmente de suberina, rellenas de un gas parecido al aire. Cuando se comprimen, estas células se comportan como un cojín e intentan constantemente volver a su tamaño y forma originales, adaptándose al cuello y manteniendo un cierre hermético. Este proceso es el secreto de la excelencia del corcho como tapón.
La unión entre el vino y el corcho es natural. El tapón de corcho es el responsable de preservar las cualidades del vino durante décadas, proporcionando un sellado perfecto que permite una maduración óptima.
"El vino es vida. Vida embotellada y vida expandida. Es una reflexión intelectual, un diálogo entre el ser humano y la Naturaleza. El corcho es, probablemente, el más mágico de los elementos. Es un elemento orgánico y comunicativo. Es un guardián de tesoros, y el primer confidente del tesoro que guarda. El corcho simboliza la naturalidad y la vida en expansión, para guardar y garantizar que el mensaje escondido en el interior de la botella no se pierde".
Nuestros sentidos nos dicen instintivamente que un vino cerrado con corcho sabe mejor, pero la ciencia lo confirma con pruebas concretas. Las investigaciones de la Universidad de Burdeos demuestran que el corcho desempeña un papel esencial en la evolución del vino.
El secreto reside en las cualidades innatas del tapón de corcho: ligero, comprimible, impermeable, resistente a la humedad y a la descomposición, y extremadamente duradero. Estas características lo convierten en el único tapón que realmente respeta la maduración del vino, evitando que se deteriore con el paso del tiempo y permitiéndole evolucionar de la mejor manera posible.
A veces, la capacidad de conservación de los tapones de corcho desafía la imaginación. Un ejemplo notable fue el descubrimiento de 168 botellas de champán perfectamente conservadas que naufragaron en el mar Báltico hace 200 años. Este hallazgo demuestra irrefutablemente el poder conservante del corcho.
Durante mucho tiempo, la interacción entre los tapones de corcho y el vino estuvo rodeada de misterio, generando diversos mitos. Una de las ideas erróneas más comunes era la creencia de que el corcho era «permeable», dejando respirar al vino. Sin embargo, investigaciones recientes desmienten esta idea. Tras el embotellado, es el oxígeno del interior del tapón de corcho, y no el aire exterior, el que circula e interactúa con el vino, contribuyendo a su evolución. La acción del corcho sobre los compuestos del vino, como los fenólicos, hace que el vino sea más complejo e interesante con el paso del tiempo.
"Sabemos que existe un intercambio entre el vino y el tapón de corcho. El tapón tiene que ser perfecto para permitir que este intercambio se produzca de la menor manera posible, para que el vino mejore con el tiempo. Igual que el vino, los tapones de corcho tienen su propia historia. Un ciclo de vida que empieza en la dehesa, pasa por un proceso técnico y termina en una botella de vino".
El corcho y el vino: dos increíbles regalos de la naturaleza
Independientemente de los avances científicos en nuestro conocimiento del vino, el corcho y la relación simbiótica entre ambos, algunas cosas trascienden la explicación racional. La emoción entra en juego, la intuición juega su papel y surgen recuerdos, sueños y sensaciones. Aunque está claro que los mejores vinos del mundo siempre han reconocido la superioridad del corcho como tapón, el irresistible atractivo del corcho para los consumidores, incluidos los Millennials que están empezando a descubrir el vino, es igualmente relevante.
Estudios recientes destacan el valor añadido de los tapones de corcho en el mundo del vino, y cómo esta solución influye significativamente en la percepción del consumidor. En todo el mundo, de Francia a China, de Estados Unidos a Argentina, los tapones de corcho se asocian constantemente con vinos de alta calidad.
Además, diversos estudios demuestran que tanto los productores como los consumidores prefieren el corcho por ser un material natural y sostenible. Premium y ecológico, el corcho ofrece lo mejor de ambos mundos.
El corcho y el vino son dos tesoros de la naturaleza, unidos a lo largo del tiempo. Han crecido juntos, reforzándose mutuamente. Sólo una botella cerrada con un tapón de corcho permite que el vino alcance su máxima expresión y esplendor.
El corcho y el vino son dos tesoros de la naturaleza, unidos a lo largo del tiempo. Han crecido juntos, reforzándose mutuamente. Sólo una botella cerrada con un tapón de corcho permite que el vino alcance su máxima expresión y esplendor.
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